Desde
el año 1435 d.c. al 1525 d.c., los incas
comenzaron un proceso de expansión desde la región de Cuzco, Perú, lugar
que habitaban desde 1100 d.c. Lograron constituir un Estado Imperial que
dominaba un gran espacio territorial desde un poder centralizado. Se extendió desde
Colombia hasta el río Maule en Chile; pasando por el noroeste argentino (desde
Jujuy hasta Mendoza); y desde la costa del Pacífico hasta la selva amazónica.
Por eso era conocido como Tawantinsuyo (Cuatro
regiones unidas entre sí).
Cada
región se dividía en regiones llamadas suyus y a su vez en provincias dirigidas
por gobernadores. El centro se ubicaba en Cuzco,
una ciudad protegida por una fortaleza de piedra de Sacsayhuamán, rodeada por
una triple muralla escalonada zigzagueante. Estaban interconectadas por
carreteras paralelas que articulaban las ciudades de la costa y las andinas por
el otro. A lo largo se levantaban las postas o tambos, donde estaban los chasquehuasis (lugares de albergue y
provisión de soldados y funcionarios). A su vez, se comunicaban con los chasquis,
que transportaban los mensajes de uno a otro.
Organización
social y política
El
poder estaba centrado en el Inca
quien ostentaba un poder absoluto y teocrático, considerado hijo de Inti, el
dios del sol. Estaba asesorado por un consejo de nobles, cuya característica
eran sus orejas estiradas por medio de adornos. Tenían un esquema de poder
jerarquizado, donde la familia imperial estaba en la cima, seguidos por los
encargados del gobierno en cada escala, hasta llegar a los habitantes de las
comunidades.
Las
tierras se distribuían de tres formas, unas para la familia real, nobles y
ejército; en tanto que otras estaban destinadas a mantener a los sacerdotes; y
las últimas destinadas a la comunidad a través de los ayllus. También eran clanes unidos por lazos de
parentesco que recibían parcelas, especialmente cuando se producían
matrimonios. El conjunto de ellos formaban una aldea. También tenían lazos de
solidaridad tanto por reciprocidad, entre los grupos de un mismo clan, así como
por redistribución, donde el gobierno tenía mecanismos tributarios para
reasignarlas en zonas con necesidades producidas por catástrofes o malas
cosechas.
Economía
Los
incas estaban obligados a trabajar en las tierras de los ayllus y en trabajos
para el Inca. Los mismos podían consistir en la Mita, tareas de obra pública;
reasentamientos de pueblos; o el yanaconazgo,
un trabajo servil dispuesto por el Inca y generalmente eran individuos
pertenecientes a tribus vencidas.
La
principal actividad económica era la agricultura desarrollada a través de zonas
productivas construidas como “pisos ecológicos” que les permitía producir una
gran variedad de alimentos. Las zonas de costa se dedicaban a la pesca en tanto
que la zona andina, a altas alturas (unos 3.500 mts de altura) cultivaban maíz y
coca. En la zona desértica de la puna se cultivaba papa y quinoa y se criaban
alpacas, mientras que en la selva, calidad y húmeda, se lograban los frutos
tropicales.
Texto: Ricardo Romero
No hay comentarios:
Publicar un comentario