Los
aztecas estaban ubicados en la isla
del lago de Texcoco, en el valle de México. Aliados a los pobladores de allí y
de Tlacopán establecieron un imperio dominando a los pueblos del valle. Allí se
fundó en 1325 la ciudad de Tenochtitlán sobre la cual se fundó la capital de
México.
Su
expansión comenzó con la búsqueda de corazones para ser ofrendados al dios del
sol y de la guerra, Huitzilopochtli (hermano
de Quetzalcóatl, dios principal
entre los aztecas) quien daba la victoria en las batallas. Cuenta la leyenda
que en la inauguración del Templo Mayor de Tenochtitlán se sacrificaron unos
10.000 capturados.
La
invasión se hacía por acuerdos con los jefes de las poblaciones o por
imposición militar. A los pueblos conquistados se les imponían tributos que
eran garantizados por la fuerza. Muchos de los pueblos conquistados se
sublevaron con el apoyo español tras la conquista.
Sociedad
Los
aztecas se diferenciaban en cuatro grupos. El primero era la nobleza (o pillis),
encabezada por un emperador conocido como Tlatohani¸
junto a funcionarios, jefes militares y líderes de clanes. Otro estaba
compuesto por los comerciantes (pochtecas). Un tercer grupo estuvo compuesto
por campesinos y artesanos. En tanto que el cuarto lo formaban siervos y
esclavos (mayeque).
Economía
Tenían
una peculiar forma organizativa conocida como calpullis o clanes, agrupados en veinte, divididos en cuatro
secciones de la ciudad. Cada clan constaba con un Templo de almacenamiento con
su propio Tótem. El Estado era propietario de las tierras y las asignaba a cada
clan que a la vez eran repartidas por su jefe a cada familia según su
necesidad. Los clanes tenían lazos de solidaridad, como la de asistir a la
familia de combatientes.
A su vez, los hombres de los clanes participaban de la
construcción de obra pública. Un Consejo Supremo de Tenochtitlán compuesto por
delegados de los clanes trataba con el Rey la asignación de las tierras y la
delegación de jefes militares, dentro de los cuales se elegía un “jefe de los
hombres” que era el responsable de la conducción total de las acciones
militares.
Texto: Ricardo Romero
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