lunes, 19 de octubre de 2015

Feudalización de Europa. Reinos romano-germánicos.

Reinos romano-gemánicos


Con la caída del Imperio Romano de Occidente, se producirá la reorganización de la zona europea a partir de la formación de reinos romano-germánicos, con la fusión de los pueblos germanos y los antiguos habitantes del Imperio. Entre los reinos más destacados se encuentran:

  • Visigodo (Godos del oeste): Ubicado en la península ibérica. Fundado en el año 412 por Ataúlfo y destruido por los musulmanes en el año 711.
  • Ostragodo (Godos del oriente): Ubicado en la península itálica. Se funda en 493 por Teodorico y cae en 553 a manos de los bizantinos.
  • Franco: Ubicado en el centro europeo (en los actuales territorios de Francia y Bélgica). Fundado en el siglo V, lograrían un apogeo durante el gobierno de Clodoveo, quien sería el primer rey germano en convertirse al cristianismo.
  • Ango, Sajones y Jutos: Ubicados en las islas británicas, se conformaron los reinos que serían unificados por el rey Edberto de Wessex en 827.
  • Vándalo: Ubicados en el norte de África. Fundado en el año 428 y fueron conquistados por los bizantinos en año 553.





Características de los reinos germánicos
Característica
Causa
Efecto
Inseguridad
La invasión de los pueblos germánicos, la lucha entre pueblos y los saqueos a las ciudades
Aumento de defensas en las ciudades a partir de murallas
Ruralización
La inseguridad y crisis económicas provocó el traslado al campo y reducción de las ciudades.
Reducción del comercio y generación de economías de subsistencia.
Empobrecimiento cultural
Reducción de las manifestaciones artísticas y concentración en actividades guerreras
Iglesias pequeñas y toscas, con rudimentarias piezas de orfebrería.
Lenta fusión cultural
Los pueblos germánicos sostenían sus propias leyes, instituciones, lengua y religión.
Fueron incorporando lentamente las pautas culturales e institucionales del Imperio Romano.

Los reinos germánicos fueron adoptando el cristianismo, que permitió una vinculación a través de la religión. Configurados en monarquías hereditarias centrados en la fidelidad personal al Rey, propio de su cultura, diferente a las tradiciones romanas, centradas en los ciudadanos.

La mayoría de los germanos eran arrianos, una corriente que negaba la esencia divida de Cristo pero aceptaba su descendencia de Dios y era considera herética por la Iglesia Católica. Los reyes germánicos, a fin de mantener una relación con la población de los territorios romanos, que profesaban el catolicismo, propiciaron su cambio y conversión.


En tanto que la Iglesia mantuvo el latín como lengua de culto y se organizó territorialmente en diócesis o provincias, presidida por un Obispo. Internamente, se configuró en dos grupos, uno secular y otro regular, el primero dedicado a la relación con la población y el segundo, recluido en los monasterios, como forma de concentración en la relación con Dios.

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