viernes, 22 de mayo de 2015

Legado de China y la India


En el continente asiático se desarrollaron dos civilizaciones que aún existen en nuestros días, India y China. Ambas se encuentran en Asía, la primera se asentó sobre el río Indo y otras similares como al norte de la India, sobre el Ganges y entre los ríos Yangtsé (Azul) y Huang (Amarillo) se ubicó China.

Estas civilizaciones tienen un acervo histórico mixturado con la presencia de pueblos nómadas que los invadían y del contacto entra ambos, a pesar de estar separados por la meseta del Tibet y la cordillera del Himalaya, lugar donde se encuentran las alturas más grandes de la tierra.

Al encontrarse alejadas del mediterráneo, su contacto con Europa durante la Edad Antigua fueron intermitentes. Hacia la Edad Media, los contactos comerciales aumentarían, especialmente con la llegada de Alejandro Magno a India y el vínculo de China con el Imperio Romano en la provisión de seda.

Europa incorporó en su cultura importantes aportes de la cultura China como el papel, la pólvora y la brújula.

En la actualidad entre la India con 1.252 millones de habitantes y la China con una población de 1.357 millones, representan más del 30% de la humanidad.

India

Surgida durante el período Neolítico las civilizaciones del Valle del Indo formaron las ciudades de Mohenjo–Daro y Harappa. La zona tuvo invasiones de indoeuropeos, que al río lo llamaban Shindu, y los persas, quienes denominaban al mismo Hindú. Por eso, generalmente se usan alternativamente Indios o Hindúes a los pobladores de la India.

Hacia 1700 a 1600 a.c. las ciudades de Mohenjo–Daro y Harappa fueron abandonadas, se estiman que por cambios climáticos que provocaron desviaciones en los ríos y fuertes inundaciones.

En tanto que en 1500 a.c., los indoeuropeos invadieron la India. Los arios impusieron su superioridad militar les permitió imponer su lengua, el sánscrito y sus libros sagrados (los Vedas). Se conformaron en una estructura de reinos y principados que disputaban territorios entre sí.

Existieron intentos fracasados de reunificación, como el impulsado por la dinastía Maurya en el siglo IV a.c. y otro en el siglo VII d.c. Incluso, durante el mando de los Gupta se había logrado una unificación en el año 320 d.c. que se desmoró dos siglos después con la llegada de los hunos. Recién con la dominación británica en el siglo XIX se impondría la unificación.

La India se caracteriza por su estructura social compuesta por castas, donde se diferencian claramente grupos sociales con distintos niveles de educación, acceso a la salud, condiciones de trabajo e infraestructura de vivienda.

Los arios que ingresaron a la India practicaban Hinduísmo, centrado en el panteísmo, donde la naturaleza representaba a sus dioses. También se desarrolló el Brahmanismo, que centraba su creencia en la reencarnación de las almas luego de haberse reunido con Brahma. Hacia el siglo VI a.c. el príncipe Siddharta Gautama adoptó el nombre de Buda y se orientó a la vida espiritual y abandonó sus riquezas materiales como crítica a las jerarquías sociales. Surgió así el Budismo, que tuvo una fuerte difusión en Ceilán, China, Japón, Corea y todo el sudeste asiático.

La cultura de la India deja un gran legado cultural como las construcciones de piedra escalonada, conocidas como pagodas, o las puertas monumentales que dan acceso a un recinto sagrado. También son aportes el Código Manú; las Vedas; el Mahabarata; y el Ramayana.


China

La centralización del poder del conjunto de nobles que se extendían a lo largo del extenso territorio chino fue la característica de su historia desde finales del Neolítico. A partir del año 2205 a.c. estuvo gobernada por una serie de dinastías. La primera se reconoce es la Shang que comenzó 1766 a.c. y gobernaron aproximadamente 400 años hasta su derrota por los Zhou, quienes reinaron hasta el 221 a.c. en constantes conflictos.

Desde 2.000 a.c. hasta el último milenio antes de la era cristiana, la sociedad china vivió un auge cultural que derivó en el primer intento de centralización llevado a cabo por la dinastía Qin (Chin – allí deriva el nombre China).

De ser un conjunto de reinos independientes se centralizaron bajo el poder de Shi-Huang-Ti, quien desarmó a la nobleza guerrera y reorganizó a China en provincias. A su vez, estableció una burocracia centrada en los mandarines. A su vez, estableció una lengua (el mandarín), una moneda, un estilo de escritura y un sistema de leyes común. Estableció un servicio militar y construyó una fortificación conocida como la Gran Muralla  que buscó la detener las invasiones, especialmente de Mongolia y Manchuria.

A pesar de su corto mandato, esta dinastía estableció un Estado para China, configurando una estructura compuesta por: nobles, sacerdotes  y funcionarios. A su vez, socialmente existían comerciantes y artesanos, incluso se podía caer bajo la esclavitud en situaciones de endeudamiento.

En China se desarrollaron dos corrientes filosóficas de pensamiento, el taoísmo, impulsado por Lao Tsé (siglo VI a.c.), centrado en la meditación y contemplación, y el confucionismo, doctrina oficial del Estado en el siglo II a.c. y desarrollada por Confucio (siglo VI a.c.) quien suma la idea de rectitud moral y estricta conducta individual. En tanto que hacia el siglo I, el budismo comenzó a expandirse desde la India.

Como ya señalamos, a la cultura China se le adeuda el uso del papel, la pólvora y la brújula. A la vez tienen una gran técnica de trabajo de porcelana, la creación de los primeros relojes, la carretilla, el ábaco, el cañon y el papel moneda.

Desde la dinastía Qin, China entró a una fase feudal de unos 2.000 años gobernada por sucesivamente por las dinastías Han del Oeste, Han del Este, Tres Reinos (Wei, Shi, Wu), Jin del Oeste, Jin del Este, las Dinastías del Sur y del Norte, Sui, Tang, Las Cinco Dinastías, Song del Norte, Song del Sur, Yuan, Ming y Quing.

Hacia la mitad del siglo XIX, China recibió el hostigamiento de Imperio Británico, que a través de la guerra del opio la obligo a incorporarse al mercado mundial y comenzó la decadencia dinástica hasta formación de República en 1911. Luego de haber participado en la Segunda Guerra Mundial, los comunistas impulsaron una revolución que se concretó en 1949, bajo el liderazgo de Mao Tse Tung, proclamando la República Popular China, régimen que persiste hasta nuestros días.

Actualmente es una de las potencias económicas más importantes del mundo y nuestro país tiene una gran relación económica y política. 




Texto Ricardo Romero

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