Asirios
Aquí, se retoma nuevamente la
historia de Mesopotamia, esta vez con la reunificación que realizan los Asirios
hacia principios del milenio anterior a Cristo, cuando lograron conquistar la
Mesopotamia.
Más allá que durante el reinado
de Shamshiadad I entre 1813 a.c. al 1780 a.c. lograron establecer el primer
imperio Asirio, esto fue derrotado por Hammurabi en 1760 a.c. y pasaron a
formar parte del Imperio de Babilonia.
Durante varios siglos, los
Asirios intentaron recuperar la región. Las primeras expansiones se
desarrollaron durante los siglos XIV a.c. al XI a.c. Recién hacia el siglo IX
a.c. lograrían sostener el territorio a partir de la consolidación de un
poderío militar establecido por un ejército profesional al que se sumaban
mercenarios y soldados reclutados en territorios conquistados.
A su vez, los Asirios montaron un
mecanismo de cobro de tributos que fortalicía a un Rey, constituido en jefe máximo
del Imperio. El expansionismo asirio se desarrollaba con una articulación del
comercio, fortaleciendo su poder económico. Además, hacia el siglo VII a.c.
lograron controlar toda la Mesopotamia y se extendieron por el corredor
sirio-palestino, Egipto, el Asia menor y la meseta de Elam.
Poderío militar
Los Asirios fueron innovadores en
la ingeniería de la guerra. Para su época habían incorporado armas de hierros
que se mostraban indestructibles ante los materiales de otros ejércitos. Además
organizaron fuerzas de choque, que consistía en una caballería formada por jinetes con arcos y lanzas montados sobre caballos
protegidos por corazas. Se suma la infantería,
dividida en pesada y ligera, donde la primera estaba compuesta con luchadores
protegidos por una coraza compuesta por metales cocidos sobre una túnica y un
casco con orejeras, en tanto que los arqueros constituían la segunda.
Incorporaron al combate los carros de guerra que estaban tirados por caballos y podían
llevar hasta tres ocupantes que se dividían la tarea de conducción, lanza y
protección. También tenían instrumentos de destrucción como los arietes, troncos que servían para
golpear y abrir puertas y muros, y torres
de asalto, que permitían colocar lanzadores desde altura.
Los asirios actuaban bajo
sorpresa, sin declaraciones de guerra, arrasando con ciudades y matanzas
masivas, o terribles vejaciones sobre los sobrevivientes que en caso de no ser
deportados a otros pueblos vencidos, donde perdían su identidad cultural,
podían ser desde clavados en estacas hasta mutilados.
Hacia fines del siglo VII a.c. los
neobabilonios se rebelaron y en el 612 con los medos (pueblo de origen indoeuropeo)
lograron tomar Nínive y se repartieron los territorios.
Neobabilonia
Los babilonios tuvieron un primer
esplendor durante el reinado de Hammurabi que tras su muerte comenzó a declinar
y cayó hacia 1600 a.c.. Hacia el siglo VII a.c., la zona estaba dominada por el
imperio Asirio, que cayó derrotado por el rey caldeo Nabopolasar, aliado con los medos, que inició una expansión
continuada por su hijo Nabucodonosor que
logró controlar la Mesopotamia y el corredor sirio-palestino.
Así surgió la “Nueva Babilonia”
donde levantaron una lujosa ciudad. Asentada sobre el río Éufrates con una
extensión de más de 16 kilómetros. Protegida por un doble muro, por donde
podían desplazarse carros de combate. El exterior estaba rodeado de un foso con
agua y tenían torres de vigilancia cada cincuenta metros. Tenía siete puertas
de ingreso, de las que se desatacaba la Puerta
de Ishtar (dios de la fertilidad).
Al interior estaba construido un ziggurat con siete pisos que
alcanzaba los 90 metros de altura, donde se realizaban observaciones
astronómicas y era utilizado como santuario y sede de ceremonias sagradas. A esta
construcción se la conoce como la Torre
de Babel, donde se destacaban “Los jardines colgantes”, que consistían en
terrazas adosadas un muro del palacio del rey que podían ser vistas sobre las
murallas de la ciudad.
Tras la muerte de Nabucodonosor, el imperio se sumergió en una disputa por la sucesión generando la debilidad del imperio y propiciando la invasión de los Persas, que desde la Meseta de Irán irrumpirán para tomar Babilonia.
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