lunes, 19 de octubre de 2015

Roma: La República


Un intento por parte de los etruscos de dar poder al rey y establecer la sucesión hereditaria y no electiva, para impedir a latino y sabinos ocupar el trono, impulsando la participación de plebeyos en la política. Esto provocó la reacción de los Patricios en el Senado generando una revuelta en el 509 a.c. que llevó a la destitución del rey etrusco instaurando una República que se extenderá hasta el año 27 a.c.

El ideal republicano se basa en la división de poderes. Así, la República Romana tuvo tres grandes centros de poder: el Senado; las Asambleas o Comicios; y la Magistratura.

·         Senado: Amplió composición de trescientos a seiscientos miembros, incluyendo a personas nacidas en territorios conquistados, y aumentó sus competencias, abordando temas militares y de conquista, así como la intervención en temas de justicia, cuentas públicas, gobiernos provinciales, obras públicas y relaciones exteriores.
·                  Asambleas o Comicios: Existían tres clases.
      - los curias, se abocaban a temas religiosos;
   - los centuriados, se ocupaban de seleccionar funcionarios superiores (cónsules, pretores y censores);
      - la plebe, tenían la responsabilidad de elegir a ediles, cuestores y tribunos de la plebe.
·         Magistraturas: eran cuerpos colegiados con mandatos anuales electivos y ad honorem. Podemos citar:
-       Consulado, existían dos, a cargo de la jefatura política y militar de la Ciudad. Podían vetar la aplicación de leyes.
-       Censores, estaban a cargo del censo general y habilitaban a ciudadanos para ocupar cargos.
-       Pretores¸ administraban justicia.
-       Ediles, a cargo del control de la higiene urbana y las necesidades de la ciudad.
-       Cuestores, responsables de las cuentas públicas.
-       Tribuno de la plebe¸ tenía la facultad de veto a proyectos de las Asambleas u otros magistrados que perjudicasen a este grupo social.

Las desigualdades entre Patricios y Plebeyos generaron diferentes tensiones políticas, de las cuales la sucedida en 494 a.c. cuando plebeyos se concentraron en el monte Aventino, a las afueras de Roma, y amenazaron con fundar otra Ciudad. Así, los patricios concedieron la posibilidad de elegir sus propios magistrados. Las reformas se plasmaron en 450 a.c. con la sanción de la Ley de Doce Tablas, que fijó la igualdad de los ciudadanos y fijando como criterio la regulación vía leyes de la justicia. Además, se habilitaron los matrimonios entre patricios y plebeyos.

Expansión Republicana

Como estrategia para contener el avance plebeyo, Roma comenzó un proceso de expansión con la conquista de la llanura del Lacio, luego de imponerse a la Liga Latina, y luego avanzar hacia los pueblos montañeses (ecuos, volscos y sabinos) del centro de la península, así como a los etruscos y sus antiguos dominadores.

Hacia el siglo IV a.c. una avanzada de los galos, pueblo celta residente del valle del Po, provocó el saqueo de Roma que debilitó el dominio sobre los pueblos. Así, se decidió disolver la Liga Latina y dar ciudadanía a todos los latinos instalados en Roma. A su vez, abrió el ejército a miembros no-patricios. Posteriormente, un choque con los pueblos del sur de Lacio, los samnistas aliados a los etruscos, le dio la victoria a Roma permitiéndole el control de toda la península, para luego extenderse hacia Grecia durante el siglo III a.c.

Durante los siglos II y III a.c. los romanos extenderían su dominación sobre el Mediterráneo luego de imponerse a Cartago durante las Guerras Púnicas, con la destrucción de la esta ciudad. Así el avance romano prosiguió con reinos helenísticos y la posterior conquista de Egipto y Galia (Francia y Bélgica) de la mano de Julio César, con quien se cierra el proceso de expansión. Los pueblos bajo dominio romano recibían la asignación de ciudadanía pero eran sometidas a procesos de romanización cultural.

La capacidad de conquista y dominación romana estuvo centrada en el avance del poderío militar, constituido con un ejército profesional con miembros que eran entrenados en alta resistencia y organizados en legiones de cinco mil hombres cada una, que se subdividían en el campo de batalla con forma flexible de ataque, especialmente cuando se formaban en tortuga, un sistema de protección de 24 hombres bajo sus escudos. Tenían innovaciones en armamentos como la catapulta o el onagro, que lanzaban piedras, y el escorpión¸ que lanzaban flechas. Sumaban los arietes, escaleras y torres móviles.

El expansionismo romano estuvo acompañado de generación de latifundios que comenzaron a utilizar mano de obra esclava y a producir a gran escala, desplazando a campesinos del aprovisionamiento de las provincias. Ante la concentración de la tierra, durante el siglo II a.c. surgieron reformadores que impulsaron reformas agrarias, entre ellos Tiberio y Cayo Graco, tribunos de la plebe de 133 y 123 a.c. Sin embargo el Senado bloqueó los proyectos y financió a bandas para los asesinaran.

Durante el siglo I, se constituyó un grupo político llamado partido popular, que impulsaba reformas sociales favorables a la plebe. En tanto que los patricios se organizaron en el partido senatorial.

Hacia el 107 a.c. el liderazgo del partido popular recayó en Mario, quien fue elegido cónsul en ese año. En tanto que Sila lideró al partido senatorial y fue quien derrotó a Mario  para instaura una dictadura personal hasta el año 19 a.c.

Tras la muerte de Sila, un general romano Pompeyo impulsó el establecimiento de un Triunvirato contrapesando el intento del Senado de evitar la formación de un poder unipersonal. Estableció una alianza con Craso, un importante hombre de negocios, y Julio César, un hábil político que logró apoyo militar tras conquistar Galias y desconoció las órdenes del Senado de abandonar el gobierno de esas tierras y licencias a sus tropas. Así, avanzó sobre Roma y logró una victoria sobre Pompeyo, quien defendió al Senado. Como Craso había muerto en una batalla, Julio César asumió el poder absoluto, hasta que una conspiración en el año 44 a.c. lo asesinó.


Luego de la muerte, los partidarios de César formaron un nuevo triunvirato – Marco Antonio, Lépido y Octavio- sin embargo no pudieron evitar una nueva guerra civil que concluyó con la victoria del último y su coronación como Emperador, recibiendo el título honorífico de Augusto, poniendo fin a la República.

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